Durante el 2025 ha aumentado a niveles históricos el número de menores migrantes detenidos por agentes migratorios y enviados a instalaciones federales: más de 600 reporta ProPublica.
Durante el año 2025 el gobierno de Estados Unidos ha enviado más niños migrantes a albergues federales que en los últimos cuatro años combinados, en un fenómeno que especialistas describen como una “nueva ola de separaciones familiares” dentro del país, impulsada en buena parte por paradas de tráfico y operativos de agentes migratorios de ICE, según reporta el medio ProPublica.
De acuerdo con datos oficiales, alrededor de 600 menores han sido puestos este año bajo custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), el número más alto desde que se lleva registro. La mayoría son adolescentes que ya vivían desde hace años en EE. UU., con escuela, hogares y familiares establecidos.
El caso de Carlos, adolescente guatemalteco
Entre los casos documentados aparece el de Carlos, un guatemalteco de 15 años que vivía desde 2022 en Florida junto a su tía, Imelda Carreto, quien tenía su custodia. El 6 de junio 2025, la camioneta donde viajaba fue detenida por un parabrisas dañado. Aunque no iba solo, ni estaba en peligro, y pese a que su tía Imelda Carreto llegó al lugar, la policía estatal entregó al menor a ICE, que lo trasladó de inmediato a un centro federal.
Carlos había cruzado solo la frontera a los 13 años huyendo de una situación familiar precaria en Guatemala. Su tía se hizo cargo de su cuidado y asistía a la escuela mientras tramitaba un estatus legal, detalla ProPublica.
Pero tras esta parada de tráfico —un escenario que antes no derivaba en detenciones de menores con tutores presentes— pasó dos meses y medio en albergues federales, sometido a largas verificaciones, pruebas de ADN, controles de vivienda y visitas inesperadas de agentes a la casa de la familia.
Su tía luchó durante semanas para recuperarlo. “¿Por qué me tienen aquí? Yo no hice nada malo”, contó el adolescente durante sus llamadas desde el albergue.
Un sistema pensado para otra cosa
Según detalla ProPublica, el sistema de albergues federales fue creado para atender a niños que cruzan solos la frontera, no para menores que viven con tutores dentro del país. Sin embargo, las detenciones se están disparando tras citas rutinarias de inmigración, visitas policiales a domicilios o —como en Florida— paradas de tránsito realizadas por agentes locales autorizados para aplicar leyes migratorias.
Solo en ese estado, al menos 47 menores han sido arrestados por causas migratorias desde abril, muchos sin que exista un proceso estatal que determine si realmente necesitan ser separados de sus familias, lo que podría violar la propia política de ICE.
La colaboración entre autoridades estatales y federales, que Florida promueve como modelo nacional, ha difuminado los límites legales y ampliado la capacidad para detener y transferir niños.
Estancias más largas y más obstáculos para reunirse
La investigación muestra también que, bajo la actual administración, la estadía promedio en albergues se ha extendido a casi seis meses, frente al mes que solía durar durante el gobierno anterior.
Nuevos requisitos de verificación, como pruebas de ADN para patrocinadores y revisiones de todos los adultos del hogar, han generado temor entre familias indocumentadas que antes se presentaban sin recelo para reclamar a los niños.
Abogados y defensores aseguran que este aumento en tiempos de detención está provocando ansiedad, autolesiones y pérdida de esperanza entre muchos menores.
Un panorama que se agrava
De los casos documentados por ProPublica, unos 160 niños seguían atrapados en albergues federales hasta el mes pasado, y cerca de 100 ya habían recibido órdenes de deportación o firmado documentos para abandonar el país.
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